A EL OID

19/10/09

A EL OID

Y vino una voz desde la nube, que decía:
Este es mi Hijo amado; a él oíd.

(Lucas 9:35)

¡Hermoso acontecimiento este que nos narra la escritura! ¡Bendita sea la voz de Dios que proclama tan dulces y sublime palabras! Es más, en este solo versículo podemos sacar un sin fin de datos que son preciosos para nuestra alma, que si la ponemos en practica, entonces sin lugar a dudas serviremos de la manera que le agrada al Señor.

Lo primero que quisiera resaltar de esta cita, es de donde viene la voz, por que no lo dijo Juan el bautista, no lo dijo algún discípulo, es más, la voz no viene ni del mismísimo Cristo, si no que de la nube. En el antiguo testamento el Señor a Moisés y al pueblo de Israel para que el calor no los hiriera ni matara puso una nube sobre ellos y les servia de señal para cuando debían avanzar y cuando debían quedarse allí y en esa nube estaba el Señor cuidando de su pueblo. De la misma manera cuando moisés oraba en el monte, una nube cubría la cima y el pueblo temía de aquella nube por que sabia que allí habitaba Dios.

En el verso presentado de el evangelio según san Lucas, nos dice que la voz viene DESDE LA NUBE por lo tanto podemos deducir que viene del mismísimo Dios, es un consejo o recomendación que viene directamente del Señor no tan solo para los que estaban allí, si no para todos los que escuchen este sermón, por lo tanto debemos tomar el peso a estas palabras como dichas por el mismísimo Omnipotente Dios.

El Señor dice dos cosas “Este es mi hijo amado” o en otros evangelios “Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia” lo que hace referencia a que el Señor Jesucristo es “avalado” por el mismísimo Dios, el Rey de reyes esta diciendo “este es en quien tengo complacencia” y si el Señor tiene complacencia de el entonces sé que en el si puedo confiar y depositar toda mi confianza en El, se que puedo pedirle y entregar mi vida confiadamente y espera lo mejor de su mano ¿por qué? Por que el mismísimo Jehová de los ejércitos me lo está diciendo. ¿Qué excusa quedaría para los que estaban allí? ¡DIOS MISMO DICE EN EL TENGO COMPLACENCIA OIGANLO A EL! Me hace pensar en la porfía de los judíos por que aún el mismísimo Dios desde los cielos les dijo que era a El a quien debían oír Y QUE EL ERA SU HIJO AMADO, pero no quisieron oír, si no que le crucificaron oyendo a su necio y sucio corazón. Entonces entendemos en primer lugar que cuando Dios dice “A El oid” esta avalando y recomendando el ministerio de Cristo” “es bueno escuchar a Dios”.

Por otro lado, no solo lo avala si no que lo recomienda A EL OID, escúchenle, pónganle muchísima atención ¿por qué? POR QUE ESTE ES MI HIJO AMADO EN QUIEN TENGO COMPLACENCIA, dirijan sus oídos a sus palabras por que santos son sus labios, por que yo lo envié para ustedes y POR QUE YO LO DIGO. Les recomiendo que le escuchen A EL OID. Pero entonces, si el Señor lo avala, y lo recomienda, ya no es una recomendación ni una opción, es UN MANDATO. A EL OID.

Uno de los principales problemas del pueblo de Israel siempre fue no escuchar ni tomar en cuenta el consejo de Dios. (I Samuel 8:1-22) (Josué 23:1-16) (Jueces 2:1-2)

¡Danos un rey como tiene todas las naciones! Decía el pueblo de Israel, pero Dios les advirtió ¡les va a quitar a sus mejores jóvenes! ¡Va a diezmar de lo suyo! ¡NO NOS INTERESA! ¡DANOS LO QUE QUEREMOS! ¡`Por qué no escuchan! ¡Yo soy el Rey que necesitan! NO, SI QUE REY HABRÁ SOBRE NOSOTROS. “Pero el pueblo no quiso oír la voz… (I Samuel 8:19) Además el Señor por otro lado, les dijo NO DEJEN NADA CUANDO ENTREN EN LA TIERRA, arrasen con todo, eliminen a cuando hombre aparezca, pero una vez más, no atendieron a su voz “mas vosotros no habéis atendido a mi voz”… (Jueces 2:2) Y que problemas les trajo esa decisión hasta el día de hoy ¡TODABÍA SIGUEN LUCHANDO POR CULPA DE ESA DECISIÓN!

¿Y que de nosotros? ¿No preferimos escuchar nuestro corazón? Atendemos más los consejos de profesores “seudo sabios” que llenan la cabeza de los jóvenes con huecas filosofías. O finalmente hacemos lo que nosotros pensamos que es correcto, o lo que yo llamo el “Yo pienso que” y hacemos todo lo contrario a lo que Dios nos pide es por esa razón y un sin de razones más que el consejo de Dios es importantísimo A EL OID.

Es bueno escuchar a Dios, escuchar su voz, por que así sabremos que hacer para complacerle y así nos vaya bien, y por que finalmente SE NOS VA A PEDIR CUENTA DE CUANTO ESCUCHAMOS LA VOZ DE DIOS (Deuteronomio 18:15,19)

Sin embargo, después de reflexionar en cuan importante es oír la voz de
Dios, quisiera que pensaras en el versículo que nos presenta marcos 1:11
“Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti
Tengo complacencia.

Si el Señor tuviera que presentarte como presentó alguna vez a Job y dijo “Has visto a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra” ¿podría decir algo así? Es más, ¿Podrás decirte a ti aquello? TU ERES MI HIJO AMADO EN TI TENGO COMPLACENCIA, ¿se complace el Señor de ti? ¿Es bueno para otro escucharte como para que el Señor te recomiende? ¿Avala Dios lo que haces? ¡QUE DIRIA EL SEÑOR DE TI! ¿Eres aquel hijo amado del cual el Señor tiene complacencia? ¿Necesitas enderezar tus sendas?


Entonces NO ESCUCHES A TU NECIO CORAZÓN, NO ESCUCHES VANAS Y HUECAS FILOSOFIAS MUNDANAS QUE LLEVAN A LA IGNORANCIA, NO ESCUCHES AL “YO PIENSO QUE” Ya hiciste suficiente y escuchaste suficiente y mira donde te han traído DEJA DE ESCUCHAR SANDECES Y COSAS QUE NO APROVECHAN, NO ESCUCHES BASURA, A EL OID.

Que el escuchar el consejo de Dios sea nuestra delicia todos los días y que cada decisión que debamos tomar, le preguntemos a aquel a quien Cristo avala, a aquel a quien es bueno escuchar AL HIJO AMADO, A EL OID para que
así, seamos hijos que le complacen.


A EL OID.



Marcelo Fabián Varela Ortiz
“Una mano dispuesta”