ORDENANDO LA CASA

20/6/10


“ORDENANDO LA CASA”

En aquellos días Ezequías enfermó de muerte.
Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo:
Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.

(Isaías 38:1)

Desde pequeño en el evangelio y temprano en mi vida cristiana, se me enseñó en mis largas, pero riquísimas lecciones de discipulado que DIOS, ES UN DIOS DE ORDEN, lo que al principio no lograba asimilar ni entender, pues solo lo entendí como un concepto pero no como una realidad en mi vida. Con el pasar del tiempo y de los años, me he dado cuenta al leer su palabra que efectivamente, desde el principio, hasta nuestros tiempos, el Señor es un Dios de orden, ordenado en todo sus aspectos y no deja nada a medias, pues a Él le interesa y le gusta en sobremanera el orden.

Un par de ejemplos que afirman que Dios, es un Dios de orden, es el tabernáculo y el templo. Jehová Dios no dejó ningún detalle al aire, si observamos y leemos con cuidado la palabra de Dios, vemos que el Señor les dijo COMO – DONDE – CUANDO Y CON QUÉ debían hacer el tabernáculo y el templo, no dejó lugar a inventiva, no dejó lugar a ideas nuevas o algún cambio posible por los obreros de Dios, simplemente el dio la orden y el obrero o los obreros, debían hacerlo como Él quería. Proveyó de los materiales, del lugar, de la forma y de todo lo que necesitaban, pues el ordenó todo ya que DIOS, ES UN DIOS DE ORDEN.

Por otro lado, nuestro Señor, al ser un Dios de orden, ABORRECE EL DESORDEN.
Y es que al Señor no le gusta las cosas desordenadas, no le gusta las cosas hechas al lote ni al azar, DIOS ABORRECE EL DESORDEN, por eso el en el principio ORDENÓ LA TIERRA (Génesis 1:1-2), además, ORDENÓ LA IGLESIA (I Corintios 12:24-25) y este orden es parte de su naturaleza, la cual se refleja en la persona de Cristo.

(Juan 2:13-17)

El culto era desordenado en ese tiempo, los fariseos llevaban una religión desordenada y convicciones desordenadas, la adoración a Dios era desordenada y las ofrendas también, al punto de hacer de la adoración al Señor UN NEGOCIO. Sin duda alguna, lo que menos había allí era orden. Y miren la reacción del Señor Jesucristo, pues no se queda mirando como están las cosas, no hace caso omiso diciendo “No importa yo los entiendo” o quizás podría haber dicho como algunos cristianos liberales dicen por ahí “soy un Dios de amor, no importa lo que hagan, yo los amo y les dejo pasar todas” ¡Oh hermano que lejos estuvo de eso! Por el contrario el Señor Jesucristo tomó un azote y echó a todos de allí, les dijo ¡FUERA DE AQUÍ! ¡ESTA ES LA CASA DE DIOS Y AQUÍ SE ANDA CON ORDEN! No es una chacra, no es una burla ni es tu casa para que hagas lo que quieres, ES LA CASA DE DIOS Y AQUÍ DEBE HABER ORDEN.

Cristo no esperó que otro le hiciera el trabajo, el mismo echó a todos y vino a poner orden. ¿POR QUÉ? Porque Dios, ES UN DIOS DE ORDEN Y ABORRECE EL DESORDEN.

Pero ¿Por qué a Dios no le gusta el desorden? Bueno, porque donde hay desorden, hay desinterés, hay pereza, hay convicciones transadas, hay otras prioridades ocupando el lugar que le pertenece a Dios, HAY PECADO – EL DESORDEN ES PECADO. Es por eso que CRISTO FUE ORDENADO, el no cometió pecado, el no cometió faltas ni errores, el lo hizo todo perfecto, pues el es perfecto y siendo 100% hombre como 100% Dios en su unión hipostática, el se despojó a si mismo y en la condición de hombre sufrió y paso lo mismo que pasamos nosotros, más sin pecado. Por eso es que Jesús no podía ser alguien desordenado. Su ministerio comenzó en la hora exacta (Muchas veces dijo “Aun no ha llegado mi hora”) y terminó a la hora que tenía que terminar (En la pascua, cuando el Cordero fue muerto por el pueblo), cumplió la ley y las escrituras paso por paso, sin olvidar nada (Juan 19:28) Y comenzó predicando en su casa antes de salir a otras regiones.

Además, LA PALABRA DE DIOS, MANDA QUE TODO SE HAGA CON ORDEN (I Corintios 14:40) Y la misma palabra de Dios no fue escrita al azar, si no que hay un orden (Ejemplo, los frutos del Espíritu) Así que por estas razones y por más, debemos ordenar aquello que hoy esté desordenado en nuestras vidas.

A – ORDENEMOS NUESTRA PRIORIDADES (Colosenses 1:15-20)

B - ORDENEMOS NUESTROS HÁBITOS (I Timoteo 4:16) (Proverbios 20:18)

C – ORDENEMOS NUESTROS TIEMPOS (Eclesiastés 3:11) (Nunca sacrifiques en el altar de lo urgente, aquello que es importante)

D – ORDENEMOS NUESTRAS VIDAS (Proverbios 21:29) (Salmos 37:23-24) (Salmos 50:23)

Pero ojo, observemos nuevamente (I Corintios 14:40) ya que nos dice como se deben hacer las cosas. No solamente con orden, si no además “DECENTEMENTE” lo que significa (con decoro – distinguidamente – bien hecho – honradamente) Así que no basta con hacer las cosas ordenadas, pues puede pensar que al ser un hombre ordenado estás bien, pues no, además, deben ser hechas DECENTEMENTE, y es que SI VOY A SERVIR LAS MESAS, LO HARÉ “DISTINGUIDAMENTE” Y CON ORDEN, Si voy a lavar los baños de la Iglesia, lo hare DECOROSAMENTE y CON ORDEN, si voy a tomar algún ministerio, LO HARÉ DE LA MEJOR MANERA POSIBLE Y CON ORDEN. Y así usted querido hermano puede aplicarlo a todos los ámbitos de su vida. Si voy a casarme, si voy o tengo ya un matrimonio, lo haré, lo tendré “HONRADAMENTE Y CON ORDEN” si voy a entablar un noviazgo, lo haré DECOROSAMENTE Y CON ORDEN, Si voy a tener alguna minima responsabilidad, por más minima que sea, deberé hacerlo DECENTEMENTE Y CON ORDEN, entendiendo que al Dios que servimos, es un Dios DE ORDEN, UN DIOS SANTO, EXCELENTE, SUBLIME, CELESTIAL Y PERFECTO,
Por lo tanto no merece las sobras de tu parte, no merece lo que te salga, no merece la mitad de ti, SI NO QUE MERECE LO MEJOR, LO MÁS DECENTE Y ORDENADO.

No merece esa vida que llevas hoy, no merece el desorden que hay en ti hoy día, no merece el chiquero que hay en tu vida personal hoy, MERECE ORDEN Y DECENCIA, así que déjame darte un consejo ORDENA TU CASA. Ordénala hoy, aún estás a tiempo, ordena tu casa y déjala limpia, pulcra, sin nada debajo de la alfombra, una vida HONRADA, UNA VIDA DECOROSA, UNA VIDA BIEN VIVIDA, UNA VIDA DISTINGUIDA, UNA VIDA ORDENADA) Y es que todos los problemas en tu vida, todos los problemas en tu matrimonio, todos los problemas en tu Iglesia, vienen por el desorden y porque la casa no anda correctamente ordenada, pero ojo, no mires al lado, no le eches la culpa a los de tu familia, no mires a tu esposa o esposo como el culpable, ordena tu casa antes de ordenar la de otro y verás las maravillas del Señor, un lugar donde Dios pueda caminar libremente, donde pueda hablar tranquilamente y pasearse para hacer y deshacer como quiera, MIRA EL EDEN ORDENADO POR DIOS (¿No es un lugar distinguido? ¿Bien hecho?) ANHELA ESE EDEN EN TU VIDA, EN TU CORAZÓN, ORDENA TU CASA PARA DIOS.

Ordena mis pasos con tu palabra,
Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.


(Salmos 119:133)



Marcelo Fabián Varela Ortiz
“Una mano dispuesta”

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